Libélulas flotan aparcando mi vida
Muchas posan al rededor de una herida
Huelen despacio el hierro
De mi sangre hemoglobina
Unas se instalan en la línea adherida
Queriendo cerrar
Sabiendo curar
La piel no se deja llevar
Pequeñas garritas entre sus patillas
Vuelan al escape del confuso dolor
Inexistente calca las ondas
y rosan despacio la aureola
Alteradas maniobras no cesaran
Aterrizajes forzosos
Cautivaron la rabia de no cisurar
Jamás me supieron amar
El mar perene
El viento lo huele
El tiempo no viene
La eternidad se hace inexistente
lunes, 2 de febrero de 2009
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